El voluntariado es el pilar en el que se apoyan las acciones que se realizan en los proyectos. Desde el principio vimos que las personas a las que apoyásemos tenían que implicarse también en ayudar a los suyos con el reto que significaba implantar la cultura del voluntariado en un lugar o una sociedad donde nos existe este concepto.
Y sobre todo cuando vimos que las mujeres que consiguieron las primeras becas universitarias una vez que acababan sus estudios se desvinculaban por completo de la asociación y de los motivos que nos llevaron a nosotros a ir allí. Por eso se puso en marcha el voluntariado universitario.
Según la experiencia de Naciones Unidas “En la puesta en marcha de proyectos de desarrollo en los países, la actuación del voluntariado ayuda a expandir e intensificar el impacto del propio proyecto. Por tanto, el voluntariado es un camino para alcanzar los objetivos propuestos. El objetivo principal es sensibilizar e implicar a la comunidad universitaria acerca de la problemática de los grupos sociales más desfavorecidos de la sociedad de Ngozi, a la vez que prestan su conocimiento y habilidades, adquieren experiencia y contribuyen a la mejora de las condiciones de vida de los grupos afectados”.
Así pues, las mujeres que acceden a una beca deben hacer voluntariado en cualquiera de los campos que tenemos establecido: alfabetización, voluntariado sanitario o voluntariado en agricultura.
Las acciones de voluntariado suponen una oportunidad única de que estas mujeres tomen conciencia de la realidad en que viven los más desfavorecidos de la sociedad de Ngozi al mismo tiempo que enriquece su crecimiento personal y desarrollo profesional futuro: todas reciben al acabar su carrera un certificado que acredita su trabajo.
Por otra parte, el voluntariado ofrece a los miembros más vulnerables de la sociedad de Ngozi servicios que no estarían disponibles para ellos por no contar con medios económicos y en muchas otras ocasiones porque las instituciones ni siquiera ofrecen estos servicios por ejemplo la alfabetización de adultos en la aldea de Gatabo a la población batwa supone un gran avance para personas que ahora saben leer y escribir. El voluntariado sanitario proporciona cuidados básicos y charlas sobre higiene, y los residentes del centro de discapacitados Jeho Kuki cuentan con apoyo en los deberes escolares.